30 de marzo de 2012

Beneficios de la práctica de Yoga




En ésta nota, algunas de las formas en las que la práctica de Yoga puede mejorar tu salud a nivel físico, mental y espiritual..
  • Aumenta la flexibilidad
Es el primer beneficio visible del yoga. Al tiempo de ejercitarte, notarás un aumento de la flexibilidad y, de a poco, las posturas que parecían imposibles comenzarán a parecerte más sencillas. Probablemente también descubras que los dolores y las molestias con las que convivías empiezan a desaparecer.
  • Favorece el drenaje linfático
Cuando se contraen y estiran los músculos, se mueven los órganos y se adoptan diferentes posturas, se aumenta el drenaje linfático. Dentro de nuestro organismo, este sistema es el encargado de luchar contra las infecciones, destruir las células cancerígenas y eliminar los productos de desecho celular.
  • Fortalece y elonga los músculos
Además de ser más bellos, unos músculos fuertes nos protegen de enfermedades como la artritis y el dolor de espalda. También previenen las caídas en personas de edad.
A diferencia de levantar pesas en el gimnasio, dónde se fortalecen los músculos a expensas de la elasticidad, con el yoga el aumento de la fuerza se equilibra con la elongación.
  • Mejora el estado cardiovascular
Estudios realizados han demostrado que la práctica del yoga ralentiza el ritmo cardíaco, aumenta la resistencia muscular y la saturación máxima de oxigeno durante el ejercicio físico, al igual que el resto de las actividades aeróbicas.
  • Disminuye la presión
Estudios realizados en personas con hipertensión, compararon los efectos del Savasana (postura de relax que comúnmente se realiza al final de la sesión) con acostarse simplemente sobre un colchón. Tras tres meses, las personas que realizaron Savasana mostraron una gran disminución en la tensión sistólica (la máxima) y en la diastólica (la mínima).
  • Ayuda a mantener un peso saludable
Su práctica regular ayuda a quemar calorías, al mismo tiempo que las dimensiones espirituales y emocionales de la actividad pueden dismminuir los niveles de ansiedad y ayudan a mantener bajo control los problemas de peso. El yoga también genera una mayor conciencia tanto al elegir los alimentos como al momento de sentarnos a la mesa.
  • Fortalece los huesos
Los ejercicios de sostenimiento de peso fortalecen los huesos y ayudan a retrasar la osteoporosis. El yoga aumenta la densidad ósea en las vértebras, ya que reduce los niveles de la hormona del estrés –el cortisol- y esto favorece la fijación de calcio.
  • Baja los niveles de colesterol malo y el riesgo de complicaciones diabéticas
El yoga disminuye el nivel de azúcar en sangre y el LDL (colesterol malo), mientras que aumenta el HDL (el “bueno”). En pacientes con diabetes, favorece la pérdida de peso y mejora la sensibilidad a los efectos de la insulina. De esta manera, se reduce el riesgo de padecer complicaciones diabéticas.
  • Disminuye el estrés
EL yoga relaja, calma la respiración y el ritmo cardíaco, y aumenta el flujo sanguíneo a los intestinos y órganos reproductivos. De esta manera, libera las tensiones y equilibra a la persona.
  • Disipa dolores y contracturas frecuentes
La práctica de yoga favorece el desarrollo de la capacidad de percibir en qué lugares del cuerpo se acumula la tensión. De esta manera, se vuelve más fácil liberarse de ella, disminuyendo la fatiga muscular y el dolor común en hombros, cuello, espalda y muñecas.
  • Combate la depresión
La práctica consistente del yoga mitiga la depresión y disminuye los niveles de monoamina oxidasa –una encima que rompe los neurotrasmisores- y de cortisol. Posturas como la del Loto, elevarse en una curvatura de espalda o la asana del medio puente ayudan a atenuar la tristeza.
  • Brinda relajación completa
Es una actividad que supone alivio y descanso. El yoga nidra –un tipo de relajación guiada-, la Savasana, el pranayama (respiración yóguica) y la meditación aumentan la pratyahara (el control de los sentidos) y facilitan la relajación del sistema nervioso.
  • Aumenta las defensas
Las asanas y el pranayama probablemente mejoren la función inmune, pero, hasta el momento, la meditación es la que cuenta con mayor respaldo científico al respecto. Parece ser que es beneficiosa para el funcionamiento del sistema inmunitario, estimulándolo cuando es necesario o en caso de afecciones autoinmunes.
  • Optimiza la respiración
Mejora el funcionamiento pulmonar y hace que aumente el ritmo respiratorio nasal. La respiración profunda en la que se basa el yoga, y los ejercicios de pranayama, ayudan a limpiar y nutrir el cuerpo. Al inhalar aire en profundidad se absorbe oxígeno en abundancia, y al espirar profunda y completamente, se expelen productos de desecho.
Además, la respiración yoguica ayuda a conectar el cuerpo con el plexo solar, y cuando se libera la energía vital que allí reside, se produce un rejuvenecimiento físico y mental.
  • Mejora la circulación sanguínea
El yoga hace que fluya bien la sangre, sobre todo en las manos y pies. Además, mejora el aporte de oxígeno a las células, por lo que todo el organismo funciona mejor. También previene la formación de coágulos en la sangre, lo que origina una menor incidencia de ataques cardíacos.
  • Combate el estreñimiento
Las úlceras y el síndrome de irritabilidad intestinal se deben en gran parte al estrés. Además de reducir a este último, el yoga disminuye el riesgo de cáncer de colon porque el movimiento corporal facilita un transporte más rápido de los productos de desecho a través de los intestinos. Y en las asanas en las que se realizan flexiones hacia adelante, se estimula el tránsito intestinal y la circulación sanguínea por compresión de los órganos, combatiendo eficazmente el estreñimiento.
  • Serena la mente
El yoga hace que cesen las fluctuaciones mentales. En otras palabras, disminuye las curvas mentales de frustración, arrepentimiento, enfado, miedo y deseo ocasionadas por las tensiones diarias. Y como el estrés está implicado en tantos problemas de salud –desde migrañas e insomnio hasta eczemas y ataques cardíacos-, quien aprenda a tranquilizar su mente, probablemente vivirá más tiempo y más sano.
  • Mejora el autoestima
Su practica regular ayuda a acceder a un aspecto diferente de uno mismo. Experimentará gratitud, empatía y perdón, así como un sentimiento de que forma parte de algo importante y que vale la pena disfrutar: la vida.
  • Mitiga los dolores
La práctica constante reduce el dolor en personas con artritis, dolor de espalda, fibromalgia, síndrome del túnel carpiano y otras dolencias crónicas. Al liberarse del dolor, el estado de ánimo mejora, la persona se vuelve más activa y no necesita tanta medicación.
  • Mejora la postura
Aumenta la propiocepción, es decir, la capacidad para sentir lo que nuestro cuerpo está haciendo y dónde se encuentra en el espacio. Las personas con malas posturas suelen tener una propiocepción pobre, que está relacionada con problemas en las rodillas y en la columna.
  • Puede cambiar nuestra vida
En realidad, ésta es su mayor virtud. El Tapas es una especie de “fuego interior” que se alimenta con la práctica del Yoga. El Tapas que desarrolla una persona en la práctica sostenida y constante, se extiende al resto de tu vida para ayudarlo superar la inercia y cambiar los malos hábitos sin grandes esfuerzos. 

(Fuente: revista "Buena Salud")